FAMILIAS PULPEIRAS DE ARCOS:

Existe constancia del antiguo oficio ya en el año 1752 (siglo XVIII), desarrollado principalmente por algunos habitantes de Santa María de Arcos que registra 5 pulpeiras y San Juan de Arcos otras 5, en muchos casos quedan descritos como “tratantes de pescado”, comerciando con ambos productos.
Oficio nacido en la feria, en aquel entonces controlada por el monasterio y situada astutamente por los monjes en una encrucijada de caminos, en donde a la vez que comerciaban sus gentes ellos recogían los tributos de sus feligreses. Este punto de comercio, desarrolla lo que es hoy en día el casco histórico de la ciudad, el barrio de Flores, desde donde crece hasta llegar a ser la villa de O Carballiño que hoy conocemos.
Considerado como un trabajo semi-ambulante, los pulpeiros no sólo se centran en esta feria también se desplazan a otras fiestas, ferias y romerías más cercanas watches replicas for sale, regresando al hogar para continuar con las actividades agrícolas y ganaderas de autoabastecimiento.
Descrito en numerosos libros de la época en donde, gracias a catastros rigurosos, se hace referencia a éste gremio y a otros oficios artesanales como zapateros, curtidores de cuero, sastres, costureros, panaderos, etc, destaca el de aceiteiro, o “tratantes de aceite”, aderezo fundamental, que dan apoyo al trabajo de los pulpeiros, oficio también encunado en Arcos.

Mencionado desde un punto de vista costumbrista, el antiguo oficio de pulpeiro queda perpetuado generacionalmente entre las familias de Arcos, no sólo por los avances que facilitan su trabajo y el gran éxito de éstos en toda fiesta laica o religiosa, sino también por los jóvenes casaderos que si bien enamorados, ambas familias buscan un enlace honorable y digno para ambos novios, a la vez que ventajoso, estrechando lazos comerciales dentro del gremio.

EN LA ACTUALIDAD:

La necesidad de este colectivo de aumentar su distribución para generar mayores ingresos sin limitarse a fechas concretas de eventos y a la demanda costumbrista tan instaurada en toda la provincia de Ourense en las últimas décadas, les hace evolucionar posicionándose en puntos estratégicos de la ciudad, carreteras muy transitadas y pueblos, constituyendo pincho o plato principal del menú familiar durante algunos sábados y todos los domingos del año.
Queda reconocido, por la dureza del oficio, el trasiego ambulante y el desafío constante a la climatología durante todo el año, el sacrificio incansable de este colectivo a lo largo de más de tres siglos, llegando con fuerza y prestigio profesional hasta nuestros días.

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SEÑAS Y UTENSILIOS IDENTIFICATIVOS:

Pequeño apartado, no menos importante, para detallar el ancestral modo de preparar el pulpo y de los utensilios y materiales empleados sin prácticamente variaciones desde sus primeros tiempos, en donde tres utensilios clave son: leña de roble para el fuego, pota de cobre y plato de madera natural de pino, que una vez cocido el pulpo se sirve con tres sencillos aderezos: aceite, sal gorda y pimentón, dando como resultado el conocido plato que da nombre de “pulpo a feira”.
Dentro de las mismas señas de identidad de este gremio se distinguen entre ellos, bien de manera individual o familiar, por medio del plato en el que sirven el pulpo, marcando en su madera las iniciales o signos del profesional, consiguiendo por una lado resaltar su antigüedad y origen, y por otro lado contabilizando la mayor cantidad de platos servidos siendo un claro indicador del éxito del pulpeiro.

TRANSPORTE Y CONSERVACION:

Especial mención a los arrieros que transportaban desde la costa los tributos del convento, dando lugar a un tipo de arriero profesional que vende a los pulpeiros congregados en el espacio ferial del monasterio, a la vez que comercia con otros productos de la costa y se lleva otros del interior en su camino de regreso a los puertos.
El medio de transporte más antiguo utilizado por estos arrieros, que traen y llevan los variados productos, se realiza a lomos de animales o bien en carros de tracción animal, haciendo de este oficio un modo de vida ambulante por pueblos y caminos.
De animales y carretas que prevaleció hasta el año 1920, el arriero tradicional se paso al automóvil, moderno medio de transporte, como último intento para competir y mantener su oficio hasta su progresiva desaparición en 1930, siendo sustituidos por transportes de tracción mecánica de gran capacidad. Medios en expansión que además de mercancía llevaban pasajeros, como fueron las líneas de autobuses, trenes y camiones, facilitando el trabajo de los pulpeiros que recogen la mercancía en puntos cercanos o incluso la posibilidad de viajar para recogerla en puerto. Con lo que el oficio de arriero, personaje intermediario, desapareció.
Con la conservación del Pulpo por medio de la congelación, hacia la década de 1960, surge un transporte específico y profesional de este sector, para llevar los productos del mar al interior, que se desdobla en dos formas de abastecer a los pulpeiros. Por un lado armadores y mayoristas vigueses que introducen el Pulpo congelado ya en alta mar, conservándolo en cámaras frigoríficas dispuestas en puerto y también en la misma zona de Arcos. Por otro lado el trato directo de pulpeiros con pescadores de confianza que acumulan su pesca congelada en puerto y por medio de camiones y furgonetas frigoríficas,  que las propias familias de pulpeiros poseen, acuden directamente a puerto a por las cantidades que necesitan y que una vez en Arcos almacenan en grandes cámaras frigoríficas pertenecientes a otras familias pulpeiras, familias que en un su origen sólo desempeñaban el oficio ahora también surten al mayor sector pulpeiro de Arcos.